martes, 4 de octubre de 2011

Se mueve mi cintura

Divague

El lunes pasado, como sistemáticamente me viene pasando los últimos meses, el pantalón me quedó corto. Así que decidí investigar el hecho. Es que los últimos seis pantalones que compré, me quedan cortos. Distintos tejidos, dinstintos modelos. Todos cortos.
Soy un ser racional y sé muy bien que esto tiene que tener una explicación. Cuando me pasaba de chico, la culpa la tenía yo por crecer permanentemente. Pero ya no soy chico.
Igualmente, no podía negar que esta, la de seguir creciendo, fuera la causa más probable del acortamiento de los pantalones con respecto a mis piernas. Así que recurrí al método científico. Observar, medir y tomar notas.
Todos los días, siempre a distinta hora, me puse contra una pared y marqué con lápiz mi estatura. Usé una escuadra para no tener imprecisiones angulares. Así quedó claro que yo ya no crezco. La línea se quedó ahí, en un mismo lugar. Descarto entonces que el acortamiento de los pantalones se deba al alargamiento de mi cuerpo.
Me sentí confundido largo rato. No podía dar con la causa de este incómodo fenómeno. Intenté encontrar la respuesta mientras caminaba, mirando con atención los pantalones, cantando, saltando, mientras lavaba los platos.
Se me ocurrió cuando cerré los ojos justo antes de dormir. No sé cómo no me había dado cuenta. Para que un pantalón quede corto, no hace falta que todo el cuerpo se alargue. Con que se alarguen las piernas alcanza. Ahora entiendo todo. No crezco, la cintura se me mueve para arriba.