sábado, 5 de noviembre de 2011

Telepatía

Ficción

Ahí lo podemos ver. Justo detrás de ese árbol. A simple vista se nota que es un sujeto lo bastante extraño como para investigar eventos paranormales. Ahora mismo continúa con una de sus más arriesgadas investigaciones. Hace ya tres años que busca una prueba irrefutable de la existencia de la telepatía. Aplica un método poco serio desde el punto de vista científico, pero confía en su resultado. Hace poco le pregunté cómo seguía confiando en un método que no había producido nada en más de treinta meses. No lo había utilizado bien hasta ahora, me respondió. Básicamente, Facundo hablaba cordialmente con cada individuo que se cruzaba en su camino, pero lo hacía para adentro, pensando. Asumió, erróneamente según sus actuales conclusiones, que aquel que fuera telépata decidiría reconocer su anormal capacidad mental sin más. Poco a poco se dio cuenta de que era muy poco probable que alguien le contestara. Sobre todo porque tenía que ser en voz alta, porque él no es ningún telépata. Así que, según sus propias palabras, en el último tiempo comprendió que debía ser más agresivo. Hace ya tres días que camina por la calle pensando cosas horribles de la madre de cada ser que se cruza, piensa insultos inimaginables, violentísimos. Mirá. Ahí, justo en la esquina de la plaza. Parece que finalmente, el método dio resultado. No habría ninguna otra razón para que lo persigan así, a los gritos. No. Lo alcanzaron. Lo van a matar a golpes. Perdón, los dejo, voy a tratar de salvarle la vida.