jueves, 16 de febrero de 2012

Teoría cítrica

Divague

A veces la ciencia no presta atención a ciertos problemas cotidianos que sin duda merecen ser estudiados. Es por esta razón que yo, sólo a veces, y a pesar de que no soy un científico matriculado, decidí realizar un experimento serio que termine con el problema de los jugos exprimidos.
Quizás no muchos de ustedes, pero seguramente alguno, exprimió alguna vez un jugo combinado de naranja y pomelo. Con combinado quiero decir que mezcló el líquido extraído de ambas frutas en un mismo vaso. Y cuando tomaron el jugo, era jugo de pomelo.
Primero pensé que se debía a que el gusto del pomelo es demasiado fuerte y no permite que nuestras células especializadas en la percepción del gusto distingan restos de naranja. Pensé que tenía que hacer una serie de pruebas. Unos cuántos jugos mezclando naranja y pomelo en distintas proporciones.
Exprimí un pomelo y le sumé el jugo de una naranja. Considerando las diferencias de tamaño, el jugo combinado quedó compuesto por un 37,5% de naranja y un 62,5% de pomelo. Lo tomé. Puro gusto a pomelo. Así que exprimí otro pomelo y le sumé el jugo de dos naranjas. Resultado: 54,5% de naranja y 45,5% de pomelo. Puro gusto a pomelo. Exprimí otro pomelo y le sumé el jugo de tres naranjas. El jugo ya no se veía del mismo color, 64,3% naranja y 35,7% pomelo. Pero cuando lo tomé, puro gusto a pomelo.
Estoy en condiciones de confirmar a través de la aplicación del método científico en un marco experimental cotidiano que el jugo de naranja, una vez mezclado con el jugo de pomelo, se transforma en jugo de pomelo. Aunque aún no puedo especificar si la causa es química, mecánica o biológica.