viernes, 12 de octubre de 2012

¿Quién es quien?

Ficción

Te digo que no, realmente es muy molesto tener superpoderes, insistió el superhéroe. El otro lo miró raro. No me quieras hacer creer que tus supercapacidades no te gustan. Reconozco que en ciertos momentos te facilitan la vida, como cuando ordenás tu cuarto en milésimas de segundo o te vas volando gratis de vacaciones. Pero además debés levantarte muchas minas con semejantes poderes. No te creas, los músicos tienen más levante. Eso es una mentira total, al menos eso dicen los músicos. Especialmente los bateristas. Si yo tuviera tanto levante no estaría ahora charlando con vos. Bueno eso es cierto. Igualmente me cuesta creerte. Encima tenés que cargar con esa obligación moral establecida de andar salvando desconocidos porque tenés tórax antibala. Bueno che, igual si perdés tiempo después lo recuperás con tu supervelocidad. Sí, pero después me tengo que volver a peinar. Resultaste pituco. A veces me muero de ganas de saltar para arriba y caer en seguida. Así no rompería los techos con la cabeza y mis amigos me dejarían jugar con ellos al basquet. No te dejan de mediocres que son. Tendrían que ponerle el pecho a la situación y buscar la manera de ganarte, claro que podrías ayudar un poco prescindiendo de tus brazos elásticos, lanzando la pelota como el resto de los jugadores. Ni al ajedrez me quieren jugar. Bueno, siempre te queda la opción de irte a vivir solo al desierto de Atacama. Total cuando tenés que ir al supermercado te hechás un vuelo. Lo pensé muchas veces, pero ahí no tenés televisión. ¿Para qué querés televisión? Soy fanático de las películas de superhéroes, las veo todo el tiempo. Sí que sos un tipo divertido. ¿Te parece? Bueno, te tengo que dejar. Cualquier cosa pegame un llamado. Dale. Y ahí nomás se fue corriendo a la velocidad de la luz. Nos hubiera quedado claro cuál de los dos era el superhéroe si no fuera porque el que quedó frente a nosotros es el que viste capa roja y un calzoncillito de colores.