martes, 25 de diciembre de 2012

toriPaceni

Anagrama

Alguien la tomó aunque no pudo ver quién. La despertó violentamente y la saco de aquel lugar en el que dormía. Sintió una fresca brisa en la cara y supo que era de noche. Alguien introdujo una parte de ella en un envase frío y traslúcido. Su equilibrio era bastante inestable, tanto que pensó que caería al suelo, aunque seguía misteriosamente en pie.
Oía gritos de alegría y de a poco empezó a escuchar estruendos violentos. Supuso que no era nada grave, por que de otra forma, se hubieran detenido los gritos de alegría. Entre todos la aturdieron. Bocinas, truenos, silbidos y gritos. Un miedo fuera de control fue distribuyéndose a lo largo de su ser.
Sintió que alguien se le acercaba. Decía algo, pero no le hablaba a ella. Era como si su presencia no importara en lo más mínimo. Fue justo en ese momento cuando escuchó un sonido extraño. Producido, muy probablemente, por un incómodo rozamiento entre dos objetos. Pudo ver un destello amarillo.
Luego todo pasó muy rápido. Sintió el contacto de una llama y en seguida se encendió su cuerpo. No sintió dolor, lo que podría haberla tranquilizado un poco si no fuera porque su cuerpo parecía estar hecho de combustible. El fuego la recorría con gran comodidad. Pensó que su muerte iba a ser tan sólo una llama.
La sorpresa le alegró el final. Sintió cómo el fuego al penetrarla desencadenó todo un espectáculo. Gracias al principio de acción y reacción, salió volando para arriba. Sintió la caricia del aire en la cara. Por un segundo disfrutó del vuelo, un segundo justo antes de explotar.

Después de que alguien enciende la mecha de una cañita voladora, el calor se transforma en movimiento cuando por un extremo del cohete se le permite al gas de la combustión escapar al exterior. Esto vale tanto para cohetes espaciales como pirotécnicos.