Divague
Fui víctima de una gran mentira. Fuimos víctimas. De chicos nos proponen un ejercicio matemático. Sumamos un tercio, más un tercio, más un tercio. ¿Qué obtenemos? Un entero, o sea 1. No nos parece una operación difícil, vivimos tranquilos. Más tarde nos enseñan los números decimales. Nos pone contentos poder dividir 5 en dos mitades, es algo nuevo para nosotros. Para que no creamos que se trata de algo distinto, algo que no tiene relación con el pasado, nos enseñan a transformar los números con coma en fracciones y las fracciones en números con coma. Seguimos viviendo tranquilos. La vida transcurre y nosotros terminamos el colegio. Empezamos la facultad o no la empezamos. Trabajamos o no trabajamos. La gran desilusión se avecina. Aburridos repasamos esos ejercicios de la escuela primaria y pensamos: un tercio, más un tercio, más un tercio, es igual a 1. Como tenemos tiempo seguimos. Un tercio en números decimales es 0,333... Y 0,333... más 0,333... más 0,333... es igual a 0,999... Y así nos damos cuenta de que nos mintieron toda la vida.