Intento Fallido
Los envases que contienen líquido siempre presentan grandes desafíos. Cualquier terrícola sabe que mientras intenta vaciar el contenido de una botella en una jarra, va gestándose un pedazo de vacío que al crecer tiene tanta fuerza que obliga a una burbuja de aire a entrar en la botella.
Y sabe también que dos cosas no pasan al mismo tiempo, así que o sale el líquido para afuera o entra la burbuja para adentro. Y justo después de que la burbuja se acomoda el líquido vuelve a salir, pero lo hace con desprolijidad, salpicando algo que hasta un instante antes estaba seco.
Peor es el caso de las bolsas. Porque hoy en día las botellas son un lujo. Así que cuando uno va al almacén se encuentra con un montón de fluidos que se venden en bolsas. Muy lindas y refinadas. Pero son bolsas.
Quizás no todos sepan que existe un método infalible para resolver el problema de las burbujas que se apuran por llenar vacíos en estas bolsas. Es una de esas cosas tan simples como prácticas. Se pueden cortar dos esquinas. Entonces cuando un poquito de líquido sale por un lado, un poquito de aire entra por el otro. Y el vacío no puede crecer más.
Estoy por aplicar el método una vez más. Tomo el sobre en la mano y con una tijera común y corriente, de esas que no son ni feas ni lindas, corto una de las esquinas del sobre. Con un ágil movimiento de mi brazo derecho corto otra.
Ya listo para servir presiono el sobre y un poco de mayonesa cae arriba del tomate. Pero una cantidad igual sale disparada en dirección opuesta y ensucia la mesa, muy cerca del plato.